Cuando el calor empieza a aflojar, el viento a soplar fuerte del sur-sureste, y las nubes se amontonan y se ennegrecen, yo salgo. Al balcón, a la terraza, aunque sea a la ventana.
E inspiro el viento. Y lo huelo. El olor a mar, a sal, a iodo, a salitre.
Pienso que ese viento ha zurcado mares y pampas para llegar hasta mi trayéndome un poquito de todo eso.
O me quedo o me voy, pero esto de andar añorando...
5 de diciembre de 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Etiquetas
Leo y me gusta
Archivo del Blog
-
►
2006
(26)
- ► septiembre (3)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario