31 de marzo de 2005

Cuatro por dos

Hoy el cuaderno rojo se quedó en casa, así que tiene suplente.
Es que salí temprano, tengo mucho trabajo, tengo que estudiar mi monólogo y mi letra, así que no puedo darme el lujo de perder tiempo escribiendo...
Sin embargo, tengo casi 30 y la vida me tironea y me empuja; de y hacia los cuatro cardinales.
Y a veces necesito parar, para pensar, para escribir, para vivir (dejando de) vivir.

22 de marzo de 2005

Cuaderno rojo

A veces las palabras surgen, casi como noumen, como algo con vida propia de lo cual yo soy mero transmisor. Sin embargo, se que vienen de dentro mío, y que de un modo cuasi arcaico estoy pensando esas palabras.
Mi cuaderno rojo es testigo de ellas, aunque más que testigo se le graban en la piel de celulosa, e inevitablemente las grita, sin saber que su destino final es este éter misceláneo de la web.

09/10/03
Inevitablemente caigo en la búsqueda del mañana,
cuando en realidad lo que me golpea es el hoy.
Lo único cierto es la caída:
el principio y el fin,
el caer es sólo una idea.

14/10/03
Paraíso de beldades siniestras
por encargo de rentas vitalicias
pasajeros de la luz y del tiempo
tratando de llegar donde nadie habla

Callando -y cayendo- buscar a tientas
palabras inigualables
desde el oído y desde la garganta

Intocable hálito de luz
se escabulle en las rendijas de mi cuero
mendigando metafísica
para encontrar sólo alquitrán y cemento.

18 de marzo de 2005

Cuaderno rojo 11-02-05

¿De que modo hemos llegado a esto, a obturarnos así los atardeceres?

La realidad virtual se ha tornado muy real desde el momento que ha suplantado con instrumentos virtuales, los soportes que usábamos en el mundo "real" para plasmar nuestras promesas.

17 de marzo de 2005

Cuaderno Rojo 28-02-05

La era de la urgencia, así definiría hoy el estado de nuestra civilización.
Todo se ha tornado urgente: la necesidad, la riqueza, el conocimiento, la satisfacción y la insatisfacción.
El envejecimiento es tan urgente que se hacen cirugías para tornarlo aún más urgente.
La comunicación debe ser instantánea, no puede mediar más que un poco de tiempo entre emisión y recepción del mensaje.
El amor se ha vuelto también muy urgente. Tanto, que ya ni sabemos cuál es su función, y ni siquiera sabemos cómo es el sentimiento.
Y es que el sentimiento es algo que necesita un desarrollo, una madurez, para alcanzar su plenitud. Pero no, no hay tiempo.
Hasta el escribir se ha vuelto urgente, y apuro estas líneas para terminar antes de llegar a la estación de destino, y es que corro el riesgo de traspasar los molinetes y olvidarme de esto, urgido por alguna cuestión que sobrevenga al ir subiendo la escalera mecánica.
Ni tiempo de rascarme la nariz -que pica- tengo.
Y de aquello llego entonces a una urgencia primordial, y constituyente de lo que llamo la condición humana: la urgencia de la memoria, que es una de las urgencias que no encontramos en la cartilla de "urgencias establecidas", porque es justamente la memoria, la de las luchas, la de los procesos históricos, la que -en pocas palabras- nos cuenta lo que hoy somos y por qué es que lo somos, va contra las urgencias que nos impon(emos/en).
Es por eso que entre muchas otras, entiendo que existe la urgencia de imponernos una lucha por nuestra memoria, que es también una lucha por nuestra identidad.

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