30 de enero de 2006

Vacaciones

Uruguay nuevo para mí, pese a la poca distancia, pese a los Uruguayos que siento cerquita: Zitarrosa, Drexler, Artigas, los tupamaros, el mate, que me gusta tanto. Desilusión porque lo toman con el agua hervida. Casi dos mil kilómetros manejados en, quince, no, dieciséis días. Desde aquí todo es caro, carísimo. No puedo tomar cerveza todo lo que yo quisiera. Colonia, ex punto estratégico en la geopolítica del charco de la Plata, hoy hermoso sitio turístico, muy. Montevideo. Hasta acá leer todo con lluvía, sí sí, con lluvia, cinco, seis días seguidos de lluvia. Qué lindo vivir en una ciudad con playa. En La Paloma no hay lugar, y si hay no está en tu precio. Que se vayan a la mierda. Valizas reino de los hippies, que digo reino, imperio, y sin embargo fue “nuestro lugar” en estas vacaciones. Vive y deja vivir, y está bueno. De ahí a conocer Punta del Diablo con intenciones de movernos, pero para qué si está lleno de gente (hasta boliches hay) y ni el paisaje es lindo. Nos quedamos en Valizas. Caminata playera hasta Aguas Dulces. Mucho pescado y misceláneas: atún, cazón, camarones, langostino, brótola, calamar. Otro día hasta el Polonio; que la verdad que es rara esta cosa de “ni un puto árbol”, bueno pero tiene su onda, porai está bueno, y sí. La vuelta con el percance del potrillito. Valizas. Asado en la enclenque parrilla que igual salió rico, a pesar también de la leña verde. Al otro día pastillita en la playa, atardecer in-cre-í-ble, en nuestro living de mar, risa mucha risa, una interminable risa. A la noche los tambores, la policía y la luz en el cielo que nos hizo pegar el cagazo de nuestras vidas. Mi explicación racional, hasta ahora insuficiente. ET phone home, si alguien lo vio, avise. Auto de nuevo. Punta del Este, en realidad La Barra, pero por qué todo tan caro. Da asco ver tanta ostentación junta, sí pero mirá que urbanísticamente ningún balneario nuestro le llega a los talones. Sí, sí, pero no puedo más acá, me asfixio. Piriápolis, con su Argentino Hotel que es una risa. Playa en San Francisco. Ultima cena en Barlovento. Regreso sin problemas en la frontera pero perdidos al salir de Gualeguaychú tras parada obligada para comer surubí. Puente sobre el río. Ay, que bueno estar de nuevo en nuestro país. Los gatos esperándonos y nosotros que sufríamos por ellos.

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