18 de diciembre de 2008

Navidad Tropical y Peronista

Ayer discutíamos con mi mujer y unos amigos sobre la navidad. Yo estoy en contra de festejar la navidad más allá de la reunión con la familia y/o los amigos que se hace aprovechando el feriado y porque por qué no vamos a festejar, que mierda. No se me ocurre ni por asomo armar el arbolito.

La llegada del pequeño Ulises hace casi un año (podría decirse entonces que mi casa es Ítaca, y yo el eterno pretendiente de Penélope. Esto no lo había pensado antes, guarda) ha cambiado todo el hogar, pero especialmente a mi querida mujer. Este cambio se está empezando a reflejar en el relajamiento de ciertas pautas de conducta.

Para justificar estas alteraciones, saca a la luz los diversos tópicos en reuniones públicas, con el inconfesable objetivo de encontrar aliados en su cruzada de armar el arbolito, festejar la navidad, etc.

Debo decir en primer lugar, que tengo una cuestión que ya se ha hecho personal, no con la navidad (festejo con el cual la cuestión sigue siendo de principios), sino con la navidad BLANCA. ¿Por qué -digo yo- tenemos que seguir festejando navidad como si viviéramos en el hemisferio norte cuando acá el 24 a la noche mínimo hace 28º C a la sombra? ¿Por qué tenemos que comer alimentos hipercalóricos como si del otro lado de nuestra ventana estuviera cayendo nieve, cuando del otro lado de la ventana lo que vemos caer son los pajaritos de los árboles? Comamos puchero para eso, comamos una buena buseca, una ropavieja, un locro, algo más criollo por lo menos.

De este tipo de objeciones de índole estético-fisiológico-hemisférico tengo muchas, pero voy a seguir con lo que estaba tratando de contar.

Decía que mi mujer está intentando buscar consensos exógenos para el relajamiento de las tradiciones de nuestro pequeño núcleo familiar. Yo, por supuesto, ante estos embates radicalizo mi postura llegando a decir que la navidad es una herramienta de penetración del imperialismo yanqui, que alienta el consumo y alimenta la ilusión como forma deletérea de deseo consumado en una dádiva que, si bien en un principio tenía una connotación ética vinculada al protestantismo (recordar el “si te portás bien, Papá Noel te va a traer...”), con la actual relativización de todos los parámetros de conducta sumada a lo efímero del objeto del consumo, se ha perdido aquel ingrediente de eticidad del presente navideño, que tiene además, un componente de solidificación de la estructura de pertenencia a una determinada clase social por parte del niño, que no puede soslayarse.

Dicho esto, quiero plantear ahora sí, un festejo navideño alternativo que surgió de la discusión tenida en el día de ayer.

En esta nueva concepción, la navidad sería una celebración del pueblo, para el pueblo. Tiene sus orígenes en el obsequio que el General y la Abanderada de los humildes hacían al pueblo argentino en estas épocas festivas. Gracias a esta vuelta de tuerca, el niño no quedará aislado y excluido del festejo de sus amiguitos, sino que tendrá un motivo de orgullo y de sano enfrentamiento con la prole de los cipayos enemigos del pueblo.

La manera de adoctrinar al niño en estas fiestas, es entonces indicarle que su regalo de navidad, lo ha recibido de Evita y Perón, quienes viven en el recuerdo del pueblo. Es este espíritu, el de la unidad del pueblo, el que logra que todas las navidades haya un obsequio para los niños -sean peronistas o no- que son los únicos privilegiados.

Les dejo a ustedes, queridos lectores, la tarea de seguir indagando, pensando, fundamentando, difundiendo y esclareciendo al pueblo sobre esta nueva navidad latinoamericana y peronista, que se empieza a festejar en este 2008.

Feliz Navidad.

Viva Perón y Evita.

9 de octubre de 2008

Andanada de pesar

Me sumo a todos los que lamentan la muerte de Nicolás Casullo.
No lo conocí personalmente.
Siempre me gustó su novela "La Cátedra" y la recomiendo a troche y moche, seguí sus peripecias en "La Voluntad", y siempre que encontraba uno de sus artículos en Página/12 lo leía.
Espero que se haya ido satisfecho. Estimo que sí. Se lo va a extrañar.

7 de julio de 2008

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Se acaba de publicar en estos días un trabajo mío con algunas argumentaciones referentes a la inconstitucionalidad y nulidad de la "ley" 21.297 y su decreto reglamentario.

Se puede leer acá:

Revista del EFT - edición Nº 38

17 de junio de 2008

Hombres en tiempos oscuros

En estos tiempos oscuros que nos toca vivir, cuando ya no se discute a pesar de que pareciera que se discute, donde se pide diálogo para no dialogar, donde se informa des-informando, quiero dejar un testimonio.

En los tiempos oscuros lo que importa es el testimonio:
  • Ayer, mientras en radio Continental el señor Daniel López informaba que en el interior faltaba gasoil y había nafta, en la Ciudad de Saladillo (pcia. de Buenos Aires) en la estación de servicio Petrobras había gasoil y faltaban naftas.
  • Ayer, mientras los que se autodenominan "representantes del campo" infromaban que en los piquetes sólo se detenía a los camiones que transportaban cereales para exportación, en la ruta 205, en la localidad de Del Carril, un grupo de personas con la ayuda de camiones y máquinas agrarias, cortaban la ruta y obligaban a TODOS los que por allí circulaban a tomar un desvío hasta después de Lobos porque tampoco allí, dejaban pasar.
Mañana estaré en la plaza.

28 de marzo de 2008

Alternativas

  1. Siempre se habla de las ideologías en su faz de imposición, es decir, la ideología que le impone al sujeto una cosmovisión. Pero pocas veces escucho hablar de la ideología como aglutinadora de cosmovisiones, como síntesis de perspectivas diferentes. Una especie de punto al cual se llegaría desde diversos ángulos. Entonces: lo que el siglo XX logró con la proliferación de ideologías, fue la agrupación de muchas personas bajo el ala de ciertas ideas rectoras de su acción. Sin embargo, la praxis alrededor de esas ideologías, siempre terminó por dispersar esos grupos. Hay un primer momento centrípeto y un segundo momento centrífugo, sin descartar el efecto de Coriolis.
  2. La complejidad de la sociedad actual es enorme, todo esfuerzo por simplificar su interpretación no hace más que llevar a maniqueísmos. Lo que habría que reclamar a nuestros dirigentes no es que expliquen qué hacen, por qué y para qué lo hacen. Lo que habría que reclamar es que lo expliquen una y otra vez, y que eviten la simplificación.
  3. La simplificación lleva al eslogan, el eslogan a la falta de razón. La falta de razón a la banalidad. Y la banalidad...
  4. Dos mujeres -trabajadoras ellas- le reprochan a la presidenta el haber utilizado la cuestión de género en su discurso de hoy a la noche. Una sostiene que es machista, y la otra que no tendría que haberse hecho la víctima. Dudo si escucharon el discurso o la interpretación de algún medio de comunicación masivo, o ambas cosas.
  5. Alguien alguna vez me dijo que el problema de este país es que todos quieren cagar más alto de lo que les da el culo.
  6. Las muertes en las rutas son muertes de la clase alta y de la clase media, pero la culpa la tiene el Estado por no controlar y no los que manejan como verdaderos asesinos. Cualquier similitud con la teoría de los dos demonios o cualquier otra desarrollada por la clase media tilinga para evadir responsabilidades es pura casualidad. Otro ejemplo: yo no pago impuestos porque total después quien sabe donde van a parar (esto, hay que decirlo, flota bastante en el humo de la gomas que quema “el campo”).
  7. En los casos en que interviene un ómnibus la culpa la tiene el chofer, que tomó vino, no durmió bien, o violó alguna norma de tránsito. La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo dijo que si las partes pactan como jornada usual una mayor a la legal, y se le abona al trabajador una suma mayor a la asignada por convenio para la jornada legal, no se puede reclamar por horas extras. En la radio un oyente dijo que la responsabilidad es de los choferes por no reclamar ante sus empleadores.
  8. Asisto impávido (e ingenuamente incrédulo) al espectáculo de la estupidez humana: la mejora en el manejo cuando el “otro” -el que viene enfrente- enciende sus luces aún siendo de día es claramente notoria. Sin embargo una gran mayoría “no se da cuenta”, no lo quiere ver (al otro), o no le importa (el otro), porque no enciende sus luces. Dinámica de interacción autofrustrante, así llamó Carlos Nino a este fenómeno en su libro Un país al margen de la ley.
  9. Al lock out lo llaman paro, al piquete simple manifestación de hartazgo, a la escasez de alimentos protesta, al impuesto confiscación, a la renta extraordinaria fruto del trabajo, a la SRA “el campo”, a los trasnochados de la cacerola manifestantes pacíficos y espontáneos ¿puedo creerle algo a esta gente?
  10. Algo de lo que puede llegar a dejarnos todo esto:
    1) que -una vez más- una crisis que parecía terminal para la democracia, se resuelve por vías institucionales.
    2) que no quede ningún actor con poder suficiente para torcer el brazo de un gobierno por la fuerza.
    3) no es poco.

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