31 de mayo de 2005

Cuaderno rojo II

Me puse demasiado en científico social, ¿no?
Bueno, es que eso es lo que imaginé, cuando hace unos meses empezaba con esta bitácora de viaje hacia ninguna parte, imaginaba una comunidad que intercambiaba experiencias "sociales".
Y resulta que la cosa pasa más por el lado del cuore.
Claro, ahí me di cuenta, es que la vida, pasa más por el lado del cuore.
Pero entonces, ¿No hay revolución entre los bloggers? ¿No hay "poner las cosas patas para arriba"?
Como siempre, la respuesta está en el medio, no hay revolución que sirva si no pasa por el corazón. Y eso creo que ya lo dijo el viejo Ernesto.
Habrá que buscar la manera entonces, de que la necesidad de que todos y cada uno de los niños que habitan esta tierra tengan unos padres que puedan y quieran darles cariño, alimento para el cuerpo y para el alma, y la posibilidad de un futuro siempre mejor, nos pase a todos por el cuore ¿no?
La manera de que la injusticia, que todos los días nos pone el codo, y el hombro y el cuerpo, nos atraviese el corazón, y que los latidos de ese corazón salgan, se multipliquen, que se transformen en lucha, en constancia, y en acción, mucha acción.
En una época yo era así, y no se por qué, esa época pasó y con ella pasaron mis mejores tiempos, bah, los que yo recuerdo como los mejores.
Busco motivos, energía y fuerzas para ponerme a luchar. Si alguien encuentra aunque sea un pedacito de ellos, me avisa ¿puede ser? Gracias.

26 de mayo de 2005

¡Vamos las colas!

Después del exitosísimo manual para el correcto uso del ascensor, y a pedido del público, llega el utilísimo "Manual para colas de espera", que no puede faltar en la cartera de la dama o el bolsillo del caballero.

Al realizar colas, sugerimos tener en cuenta los siguientes aspectos para el mejor desarrollo y una mayor efectividad de la misma:
1.la fluidez del avance para lograr llegar al lugar esperado;
2.la justa mantención del orden de llegada y;
3.la libre circulación de las personas en las zonas a través de las cuales la cola se desarrolle.

Para esto, sugerimos observar las siguientes pautas:
a)al llegar a la cola, asegurarse de que el sentido que ella lleve después no estorbará el tránsito. Para ello, verificar los principales sentidos de circulación en el lugar.
b)cuando la cola atraviese una puerta, una arcada, o se desarrolle en un pasillo estrecho, verificar que siempre quede espacio para la circulación de por lo menos una persona en adyacencias de la susodicha cola.
En los casos de puertas de una sola hoja, casi siempre es conveniente esperar a un costado, sin pararse en el rellano, ya que se evita tener que moverse cada vez que alguien –ajeno a la cola- intente pasar por la puerta.
c)siempre que la cola se haga en un pasillo, seguir el sentido de circulación del mismo, y no atravesarlo. Si la cola debe necesariamente atravesar un pasillo o lugar de alta circulación, lo conveniente es dejar el espacio suficiente con la persona que está inmediatamente delante, para no tener que –como en b)- estar corriéndose cada vez que alguien quiera pasar.
d)no encimarse a la persona de adelante, es decir, evitar que sienta que le están respirando en la nuca. Con ello, daremos a la cola una mayor capacidad de adaptación, y nos sentiremos todos más cómodos en esta situación de por sí incómoda.
e)la cola avanza sola, no es necesario que estemos continuamente mirando hacia delante por arriba del hombro de quien nos precede para ver si hay lugar o no. Las personas que están más allá seguramente tienen el mismo interés en avanzar que uno, y por lo tanto no ganaremos más que unos pocos segundos y algo de malasangre efectuando estas maniobras de adelantamiento.
f)en el caso de que el destino al cual la cola apunta sea múltiple (por ejemplo, varios ascensores) lo mejor –y lo más justo por cierto- es hacer una sola cola, ya que se evita que las colas puedan mezclarse, con el inconveniente (por ejemplo: discusiones) que ello podría acarrear.
g)al realizar colas en lugares de alta circulación en uno y otro sentido -como puede ser ascensores- tener cuidado de que la cola no estorbe la salida de quienes bajan, ya que se atentaría contra la rapidez de la circulación de las personas, causando además el típico efecto de “doble gambeta”.
Esperemos que estos simples consejos hayan sido de utilidad.

17 de mayo de 2005

Escándalo, es un escándalo

La excarcelación de Omar Chabán el viernes pasado fue, al parecer, como una roca estallando en mil pedazos sobre el asfalto.
Se han gastado en pocos días, metros y metros cúbicos de aliento, litros de tinta, millones de hertz, y de bytes, y demás, opinando sobre el tema.
El viernes a la tarde yo estaba en cama, así que tuve oportunidad de observar como se fue desplegando el tema en el medio televisivo (pero sólo en canales de aire, porque no tengo cable). Fue de una forma totalmente irresponsable, demagoga, simplona o simplista lindante con lo idiota, pero sobre todas las cosas, violenta (más allá de que en mi opinión en los últimos tiempos el vértigo de los medios se ha trastocado en violencia).
Conozco a Gustavo Bruzzone (uno de los jueces que opinó en el caso) por muchos de mis amigos y compañeros que lo tuvieron como profesor en la facultad de derecho, lo traté también en alguna reunión en la facultad, y lo escuché en alguna charla. Todos los que lo conocen -creo que no existe nadie que me haya dicho lo contrario (inclusive alguno que otro que por no estudiar suficiente no terminó la cursada)- me han dicho que es un excelente profesor (por lo que sabe, por lo que enseña y por lo mucho que exige), y una excelente persona.
Sé también, que siempre, siendo fiscal (que fue el cargo que tenía antes de ascender a juez de Cámara por concurso) promovió el buen uso de la prisión preventiva, tal como lo mantuvo en el fallo relativo a Chabán.
Hasta aquí, uno de los aspectos en los cuales los medios, por superficiales y funcionales al poder, no pudieron y no quisieron entrar.
Hay otra cuestión que quisiera tratar aquí, en la que tampoco los medios incursionan.
La historia.
Para los medios de comunicación la historia no existe, las cosas siempre fueron y serán así, y eso también es funcional, porque fomenta la ignorancia y la imprudencia.
El derecho penal moderno, es decir, tal como lo conocemos ahora surge a partir del siglo XVIII en respuesta a los abusos del absolutismo real, que no tenía hasta ese momento límite alguno para la aplicación de su facultad punitiva.
Recomiendo mucho la lectura de una obrita muy breve: “De los delitos y de las penas” del Marqués de Beccaría. En esa obra es en donde se condensa el nacimiento del derecho penal tal como lo conocemos.
Es decir que el derecho penal en su estructura actual, fue pensado justamente para evitar abusos, para evitar que alguien que era acusado de un delito fuera tratado como un condenado, para que quien fuera acusado tuviera derecho a un proceso justo, con una defensa, con un juez imparcial, basado en una ley previa y escrita, etc. etc.
Y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de opinar, del mismo modo que cuando los trabajadores protestan porque trabajan en exceso del horario legal, hay que recordar que hace cien años los trabajadores morían, baleados, fusilados, por pedir jornada de ocho horas y descanso los domingos.
Cuando las víctimas y sus familiares reclaman la pena de muerte, la prisión del acusado hasta el juicio, y otras cosas por el estilo, lo hacen desde el dolor, absolutamente comprensible, de quien sufrió una herida insanable, siempre. No hay pena ni retribución alguna que pueda devolver las cosas a su estado anterior.
Pero que comprendamos el dolor no quiere decir, que nuestro sistema legal deba basarse en el dolor. El dolor es una de las sensaciones más internas, más incomunicables del ser humano, y por ello, menos política, porque la política se basa en el discurso, en la articulación de los diferentes discursos para lograr islas de certeza en un mar de incertezas (Hannah Arendt dixit).
El escándalo también parecería ser uno de los fundamentos de la ética que nos quieren enseñar los medios. La palabra escándalo tiene –creo- una raíz hebrea, y de algún modo implica algo que se nos ha impuesto desde fuera, que ha llegado repentinamente.
Creo que en otro lado hablé de esto, y casi siempre termino en lo mismo. Empecemos a hacernos cargo un poquito de lo que pasa a nuestro alrededor.
¿Los familiares de las víctimas de Cromagnón qué creían? ¿Que en un país en el que a principio de siglo se fusiló impunemente a cientos y cientos de trabajadores de la Patagonia por reclamar lo que les correspondía, en el que en el año ´55 se bombardeó impunemente la Plaza de Mayo, en el que en el ´56 se fusiló a tantos otros, en el que actuó una organización para poli-militar llamada “Triple A”, en el que todavía hoy madres, abuelas, hij@s y niet@s, reclaman que se haga justicia a sus desaparecid@s, creían realmente que sin luchar, es decir, por el simple paso del tiempo y el actuar de la burocracia judicial se iba a hacer justicia?
El hecho de que así lo exterioricen -aún aunque no lo creyeran- habla de por qué somos, como país, como sociedad, como comunidad política, lo que somos.

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