24 de febrero de 2005

Cuaderno rojo

Tengo un cuaderno rojo en el que muchas veces -la mayoría sentado en el subte que me devuelve a mi hogar- escribo reflexiones que me surgen, ideas, la mayoría de las veces delirios.
Muchas de esas veces surgen también pensamientos sobre la "realidad" que -y esto sí es cierto- nos rodea querámoslo o no.
Hace un tiempo vengo pensando en que me gustaría publicar esas cosas que escribo, que por lo general son muy cortitas, que por lo general son como "aguafuertes", para ver qué tipo de repercusión tienen en los otros, nuestro infierno tan temido, y de casualidad descubrí este mundo tan loco de los blogs, que primero me sorprendió, después me desgustó, y al cual ahora asumo como parte de esta posmodernidad relacional en la que los vínculos (tanto su forma como su contenido) entre nosotros, las personas, cambian día a día, con una velocidad espeluznante.
Digo todo esto porque supongo que ya a esta altura se notará que soy más bien grandecito, que estoy a punto de cumplir los treinta, y que pese a que las computadoras son ya parte de mi vida cotidiana y asumo la realidad virtual como eso, una realidad, la edad está anquilosando un poco mi capacidad de enfrentar novedades.
Es por eso que me decidí a publicar este espacio con la curiosidad (ni esperanza, ni ilusión) de ver que pasa...
Quedo entonces, como un verdadero científico social, a la espera de respuestas, y mientras tanto iré posteando textos de mi cuaderno rojo.

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