7 de diciembre de 2005

Entiendo

que no entiendo. Y sobre aquello que entiendo intento encontrar la razón para la apariencia del entendimiento.

Sin embargo la parola no distribuye soles. Apaga transistores sin inmolar decúbitos pero no niega la trascendencia atroz de la canalla frívola.
Desciendo.
Inmolo altares desubicados, transferibles, prístinos y oxímoron.
La capable avestruz neblinosa encubre la catapulta azul de mi desalmada muerte.
Y sin embargo sigo.

Esto, señoras y señores es lo que intentaba ser este blog en sus inicios. Ni más ni menos que el receptor de estos exabruptos verbales.

Adieu.

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